Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://elodiemqrn396237.xzblogs.com/78866545/la-polémica-del-cabezazo-de-zidane-explicada